miércoles, 17 de junio de 2015

Efectos de transfer después del entrenamiento de la memoria operativa

Se publica en ‘Educational Psychologistun meta-análisis sobre los efectos de transfer resultantes del entrenamiento de la memoria operativa. Los resultados se obtienen a partir de 46 estudios independientes, observándose un interesante ‘near-transfer’ (entre 0.22 y 0.78), pero un reducido ‘far-transfer’ (0.15).

Quizá lo más interesante de este meta-análisis es que se considera una serie de posibles variables moderadoras que pueden influir sobre el transfer: edad, feedback, supervisión, apoyo instruccional, modalidad de la tarea de entrenamiento, duración de las sesiones, cantidad de entrenamiento (dose) o lugar donde se lleva a cabo el entrenamiento (laboratorio, clases, hogar).

Las preguntas generales son: (1) ¿Cuáles son los efectos de transfer después de entrenar la memoria operativa? y (2) ¿Cuáles son las condiciones del entrenamiento que moderan los efectos de transfer?

En respuesta a la primera pregunta, se observa near-transfer sobre la memoria a corto plazo y la memoria operativa, tanto al terminar el entrenamiento como en el seguimiento. El far-transfer es mucho menor y no se aprecia en el seguimiento.

Por lo que se refiere a la segunda pregunta, los moderadores relevantes son la cantidad de entrenamiento (cuanto más, mejor), la duración de las sesiones (cuanto más largas, mejor), la supervisión, y el lugar en el que lleva a cabo el entrenamiento (el laboratorio es mejor).

Por tanto, se demuestra que la memoria operativa es plástica:

No obstante, la idea esencial del entrenamiento de la memoria operativa supone mejorar una capacidad general crucial para otras capacidades cognitivas distintas a la memoria operativa.
Este meta-análisis no revela far-transfer a factores educativamente relevantes como las capacidades verbales o matemáticas.
Por tanto, la declaración de que el entrenamiento de la memoria operativa posee consecuencias prácticas para el aprendizaje, o, en un sentido más general, para la educación, es incorrecta
(…) debemos abandonar la esperanza de que se puede mejorar el aprendizaje y la educación aumentando algunas funciones cognitivas básicas de propósito general y reorientar nuestros recursos hacia otros campos más prometedores”.

Pero tranquilos que la sangre no llega al río.

Los autores sacan de su chistera el efecto de las variables moderadoras para explicar que, en realidad, las cosas pueden hacerse mejor.

Primero, el entrenamiento debe orientarse a un aspecto concreto. Segundo, la edad es irrelevante. Tercero, cuanto más dura el entrenamiento, mejor. Cuarto, es positivo que el individuo conozca su progreso durante el entrenamiento. Quinto, se debe evitar el uso de estrategias para completar la tarea sometida a entrenamiento. Sexto, el apoyo instruccional, más allá de las consignas necesarias para completar la tarea, es irrelevante. Séptimo, la supervisión activa por parte de un profesional es un factor positivo. Finalmente, entrenar la memoria operativa verbal y no-verbal es mejor que entrenar solamente una modalidad.

Los autores sugieren que la ausencia de far-transfer puede atribuirse a que lo que se mejora con el entrenamiento de la memoria operativa no es, en realidad, algo realmente general. La cognición compleja requiere coordinar distintas funciones mentales. Las habilidades complejas se adquieren en contextos complejos. El entrenamiento de la memoria operativa se aleja de esta clase de contextos. Por tanto, se debería entrenar esa memoria en contextos más ecológicos.


El artículo se adentra, a mi juicio, en un escabroso terreno. Los resultados numéricos son claros, pero cuando se pasa a la interpretación y la especulación comienza a patinarse peligrosamente. De hecho, se pierde el equilibrio y se termina con el maxilar superior clavado en el bordillo de la acera.

Lo que en realidad se deduce de lo que los autores sugieren es que mejorar la inteligencia exige mejorar la inteligencia. Demasiadas alforjas para este corto viaje, ¿no?

Entrenar la memoria operativa en un contexto natural, como el colegio (llegan a referirse al Montessori, invocando así la presencia de gotas de sudor frío en mi espinazo), coordinándola con los demás procesos complejos de la cognición, es equivalente a entrenar la inteligencia, es decir, la facultad humana cuyo principal objetivo es coordinar las demás funciones mentales.

En realidad, los autores proponen trabajar bajo el modelo que propusimos hace algo más de una década, pero que hasta nosotros mismos olvidamos. En tres estudios con grupos independientes confirmamos que la memoria operativa era el factor psicológico mejor predicho por el factor general de inteligencia (g). Los individuos más inteligentes, en general, son quienes presentan una mayor capacidad de su memoria operativa.

Desde esta perspectiva, mejorar la memoria operativa no tendría por qué presentar un efecto sobre g. Pero mejorar g produciría un efecto positivo sobre la memoria operativa (y sobre los demás factores psicológicos, claro). Eso es lo que proponen los autores de este meta-análisis sin usar esta terminología.


Aún queda mucha tela por cortar y no terminamos de saber cuál es el patrón más adecuado para que el vestido nos tape las vergüenzas.

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