Tuvimos el segundo encuentro de
‘EuroMind’ en el Parlamento Europeo el Martes 26 de Abril. En esta ocasión el
acto se desarrolló bajo el título ‘¿Nacionalismos perpetuos?’ y presentaron
ponencias Adolf
Tobeña, Carsten
K. W. De Dreu y Mark
van Vugt.
En realidad, la pregunta latente fue:
¿por qué se
mantienen y se avivan las tendencias secesionistas en el proyecto integrador de
la Unión Europea? Los ponentes mostraron su perplejidad y ofrecieron
una interesante serie de datos sobre las posibles causas psicológicas, sociológicas
y biológicas de la filiación grupal, pero, a mi juicio, seguimos sin respuestas
claras que ayuden a superar la situación.
Tobeña rechazó la idea de que la
psicopatología pudiera ser una explicación razonable de las tendencias
nacionalistas. No se trata de que algunos (de hecho, muchos) ciudadanos hayan
perdido (transitoriamente) la chaveta. Pero quizá sí se ha disminuido la
capacidad de razonar fríamente. El gregarismo y el etnocentrismo, llevados a un
extremo, pueden producir ese efecto sobre la razón. Eso sí, el proceso por el
que se llega a esa situación sigue siendo desconocida. Simplemente algunos
parecen más vulnerables que otros, pero no sabemos por qué.
De Dreu se centró en el coste que
supone la vida en grupo, así como en los procesos de cooperación y confianza.
El provincianismo (parochialism) es
una expresión de esa filiación grupal. Detalló una serie de experimentos sobre
el efecto de la oxitocina en la cooperación con el grupo y la
competición/agresividad con quienes no son del grupo. Quizá el resultado más
destacado es que la psicobiología explica el amor al grupo, pero no el odio a
los demás grupos. Este Profesor holandés concluyó que los individuos están
biológicamente preparados para a) sacrificarse por su grupo, b) promover su
propia reputación como un miembro del grupo en el que se puede confiar, c)
actuar sin recurrir al uso de la razón, y d) ayudar al propio grupo y
defenderle de las amenazas de los individuos de otros grupos.
Van Vugt, holandés también, se centró
en las diferencias de sexo. Los conflictos no son algo moderno, sino ancestral,
y, por tanto, la psicología evolucionista puede tener algo que decir al
respecto. Su idea esencial es que esos conflictos se encuentran asociados al
‘macho guerrero’. Los machos se han aliado, desde tiempos remotos, para
agredir, pero ese no ha sido el caso de las hembras. Si así es, y la evidencia
mostrada no permite por ahora llegar a una sólida conclusión, quizá darle más
poder a las chicas para dirigir las riendas del mundo pueda rendir sustanciosos
beneficiosos sociales.
En definitiva, se pusieron encima de
la mesa interesantísimos resultados derivados de la investigación científica
que deberían ser considerados expresamente por los responsables políticos. Ese
es precisamente un objetivo de ‘EuroMind’, como ya tuvimos oportunidad de
comentar aquí.
Será difícil, pero la presencia en el
acto de Alejo
Vidal-Quadras, vicepresidente del Parlamento Europeo durante una década (de
2004 a 2014) abre una puerta a la esperanza. Nos honró con su visita, pero no
se limitó a figurar, sino que participó activamente. Fue chocante para este
espectador (imagino que también para Van Vugt –De Dreu salió por patas nada más
terminar su intervención para coger un tren, reservándose 15 segundos para
bromear desde la puerta de la sala sobre la inminente intervención de su
compatriota) asistir a un intercambio dialéctico entre Tobeña y el político
–ambos catalanes y españoles—sirviéndose del idioma inglés. La dinámica del
Parlamento permite (e incluso invita a) que se use el idioma materno en los
actos que tienen lugar en su seno. Me resulta difícil pensar que ambos se sentían
más cómodos usando el idioma de la Pérfida Albión.
Por cierto, me permito comentar, de
pasada, que tuve oportunidad de departir con Alejo durante la comida sobre una variada
serie de temáticas, desde el independentismo catalán hasta la inmortalidad,
pasando por su excelente labor como gobernante del Parlamento Europeo –abiertamente
reconocida por promover, entre otras cosas, su actual transparencia de
funcionamiento. Reafirmé mi idea de que es alguien a quien se debería escuchar
más (y mejor). Escuchar no es lo mismo que oír.
Por ahora los medios de comunicación
siguen siendo relativamente insensibles a EuroMind. Es una pena, pero estoy
seguro de que la tendencia cambiará con el tiempo. Dije relativamente porque
hay excepciones, claro. La Vanguardia se
hizo eco de una protesta de Ernest Maragall, quien intentó boicotear la
celebración de este encuentro. Naturalmente hablaba de oídas, sin escuchar. A
diferencia de Alejo, Ernest no estuvo en el acto, y por tanto, no pudimos
averiguar en qué hechos concretos se basaba su queja. También cabe esperar que
este tipo de prácticas vayan cambiando.
Quiero terminar este post comentando que el ambiente en la
capital europea seguía bajo los efectos del reciente atentado perpetrado por los
terroristas. Se percibía la presencia policial y militar nada más
sacar los píes del avión de buena mañana.
Volver a meterlos por la tarde fue
incluso más complicado. Los militares han montado un dispositivo de filtro para
acceder al aeropuerto que refleja el estado de excepción en el que se
encuentran. La entrada habitual al recinto sencillamente no existe y se ha de
atravesar el parking y unas carpas antes de reconocer el lugar.
Terrible dónde han logrado llevar a
Europa y a sus ciudadanos este grupo de asesinos. También aquí hay mucho que
cambiar. Y se hará, no me cabe duda.
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