martes, 2 de octubre de 2012

Pre-Crimen


Si fuésemos agentes encargados de la seguridad ciudadana, ¿qué sería más útil que poder predecir quién cometerá un crimen?

Nos aseguraríamos de ser aclamados como héroes. Habríamos logrado el triunfo absoluto sobre la delincuencia y nuestros conciudadanos podrían dormir a pierna suelta, pasear por cualquier lugar recóndito de la urbe y dejar que sus niños jugasen tranquilamente en el parque sin ninguna supervisión adulta. El paraíso en la Tierra.

Si así fuese entonces seríamos Tom Cruise en 'Minority Report'. Quizá no tan guapos y atractivos, pero más o menos ese sería nuestro papel en la sociedad: atajar el crimen antes de que se produjese usando unos humanos especiales, denominados Pre-Cog, que enviarían señales a una máquina que se comunicaría con nosotros para señalarnos cuándo y dónde está a punto de cometerse un delito.


Ahora Microsoft trabaja con la policía de la gran manzana para plagar la ciudad de cámaras Pre-Cog que permitan predecir, ir por delante de la comisión de delitos. El nombre del sistema no deja puertas a la duda: Domain Awareness System.


El DAS combina distintas fuentes de información: el teléfono 911, redes de video-vigilancia o datos de Internet. Con una certera combinatoria podría señalar los lugares y momentos calientes de la ciudad para reforzar la presencia de las fuerzas de seguridad.

Para ser eficaces los patrones de riesgo deberían formarse en cuestión de segundos. El tiempo de reacción es fundamental. Llegar tarde no serviría de nada.

Es posible que nos suene a camelo, pero el propio alcalde de New York ha presentado el DAS en sociedad recientemente, colgando incluso una DEMO en YouTube:


El DAS es un resultado lógico del acceso de paranoia colectiva provocado por el 11 S. Los norteamericanos se sintieron tan vulnerables que comenzó una demencial carrera hacia la seguridad total basada en el miedo.

Es un paso más en la barbarie de dar por sentado que todos somos culpables hasta que se demuestre lo contrario. Los dirigentes desean el control, pero, eso sí, por nuestra seguridad.

En lugar de hacer sesudos documentales sobre lo que eso supone para nuestra libertad, deberíamos negarnos a pasar por el aro, como viene siendo habitual.

¿Qué sucedería si nos negásemos a viajar en avión en respuesta a todas las 'atenciones' que nos dispensan en los aeropuertos?
¿Y si a nadie le apeteciese hacer turismo por una Big Apple permanentemente supervisada por el DAS?

Tenemos mucho más poder del que pensamos, pero se nos ha olvidado. O eso parece. O no somos tan listos como pensamos. O vaya usted a saber qué.


 Revisiten 'V for Vendetta'. Es saludable.

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